lo que creemos
Como iglesia nos adherimos a la Confesión Bautista de Fe de 1689
Las Escrituras
Creemos que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos son la Palabra del Dios viviente, plena y verbalmente inspiradas por Dios, sin error en los manuscritos originales. Son la revelación completa de Dios y de su autoridad suprema y final en todo asunto de vida y fe. (2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:21; 3:16; Juan 14:26; 16:12-13; 1 Timoteo 5:18).
Dios
Creemos que hay un solo Dios que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cada una de estas tres Personas posee la misma naturaleza y los mismos atributos y perfecciones de la deidad. (Deuteronomio 6:4; 1 Timoteo 2:5; 1Corintios 8:6; 1 Timoteo 1:17; Juan 15:26; Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14).
Dios – El Padre
Creemos que Dios Padre es eterno, inmutable, todopoderoso, omnisciente, omnipresente, todo amor, completamente justo y perfectamente santo, soberano, gobernador y sostenedor del universo. Él es Padre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y Padre de todos los creyentes. (Génesis 1:1; Efesios 4:6; Juan 1:12-13; 5:19-21; Isaías 40:21-28; 43:10-13; 46:8-11; Romanos 8:14-16).
Dios – El Hijo
Creemos que Jesucristo es el eterno Hijo de Dios, quien en su encarnación fue engendrado por el Espíritu Santo y concebido en la virgen María, uniendo su naturaleza divina con la naturaleza humana, y así sigue siendo verdadero Dios y verdadero hombre en una sola persona santa, impecable y para siempre. (Mateo 1:18-20; Lucas 1: 35; Juan 1:1-14; 1 Timoteo 3:16; Hebreos 7:26).
Dios – El Espíritu Santo
Creemos en la personalidad y deidad del Espíritu Santo, El glorifica a Jesucristo y convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Él, de una vez y para siempre, ilumina, regenera, santifica, capacita y conforta a cada creyente. Lo bautiza en el cuerpo de Cristo, sellándolo con su presencia que habita permanentemente en él. El Espíritu Santo da poder para la vida, entendimiento de las verdades espirituales y orientación para hacer lo correcto, a aquellos que cumplen con las demandas bíblicas de sumisión y total dependencia de Dios. (Juan 16:7-15; Efesios 4:30; Romanos 8:9; 1 Corintios 12:13; Gálatas 5:16; Efesios 5:18; 1 Corintios 2:12,13; Gálatas 5:25).
El hombre
Creemos que el hombre fue creado a la imagen de Dios y por un acto directo de Él. El hombre pecó y, por lo tanto, incurrió en el castigo de la muerte física y espiritual, quedando de esta manera separado de Dios. Todos los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa y son responsables de sus pensamientos, palabras y hechos. (Génesis 1:28; Romanos 3:23; 5:12; 6:23; Gálatas 5:17-21).
La obra de Cristo
Creemos que la muerte de Cristo en la cruz fue un sacrificio propiciatorio y expiatorio, cumplido con el derramamiento de su sangre, su resurrección corporal y su ascensión a la diestra del Padre. Él provee eterna salvación, siendo el Salvador de todos los que creen. Él está ahora en el cielo como intercesor y abogado a favor de los creyentes, ejerciendo su liderazgo sobre la Iglesia. (1 Timoteo 2:6; 1 Pedro 3:18; 1 Corintios 15:3-6; 1 Juan 2:1; Hebreos 7:23)
La Salvación
Creemos que cada persona que reconoce y recibe al Señor Jesucristo, por medio de la fe en su sacrificio y resurrección, excluyendo cualquier obra humana, es declarada justa ante Dios basado en el sacrificio de Cristo. Por la soberana gracia de Dios es nacido de nuevo y llega a ser un hijo de Dios creado en Cristo Jesús para buenas obras. Todos los redimidos son guardados eternamente y finalmente perfeccionados por el poder de Dios. (Juan 1:12-13; Romanos 3:21-28; 8:1; 29-30; 34; 1 Corintios 5:17; Efesios 2:8-10; 1 Juan 5:11.12).
La Santificación
Creemos que cada persona que está en Cristo es ya santificada, o sea, apartada para Dios, en cuanto a su posición ante Él. Dios ha provisto, mediante la obra de Cristo y el ministerio del Espíritu Santo, los medios para que el creyente pueda vencer el pecado y crecer en santidad. La santificación del creyente no será completa hasta el día de la redención final. (1 Corintios 1:2; Romanos 6:6; 11-13; Gálatas 5:16; Efesios 1:7; 4:30; 1 Tesalonicenses 5:23; 1 Juan 3:2)
La Segunda Venida de Cristo
Creemos que el Señor vendrá por segunda vez en forma inminente, personal y corporal. Él vendrá en las nubes a llevar a su Iglesia para estar con Él para siempre. (Hechos 1:11; Juan 14:3; 1 Tesalonicenses 4:15, 17; Apocalipsis 3:10; 11:15; 19:11-16; Deuteronomio 2:44)
La Resurrección
Creemos en la resurrección de los muertos: justos e injustos. Los primeros son para bendición eterna y los últimos para perdición eterna. Los que mueren en Cristo pasan inmediatamente a la presencia del Señor, y sus cuerpos serán levantados en el día de la resurrección. (Juan 5:28-29; 1 Corintios 15:51-52; 2 Corintios 5:1-8; Filipenses 1:23; Apocalipsis 20:11-15).
Los Ángeles
Creemos en la existencia y personalidad de los seres angelicales: los Ángeles no caídos y los caídos. Los Ángeles no caídos sirven a Dios en el cumplimiento de sus propósitos. Los Ángeles caídos, Satanás y sus demonios, se oponen a Dios. Fueron vencidos por Cristo en la cruz y tendrán su fin en el lago de fuego. (Hebreos 1:7, 14; Apocalipsis 12:9; Colosenses 2:15; Mateo 25:41).
La Iglesia
Creemos que Dios se reveló progresivamente en la historia humana y ha estado formando un pueblo para sí. La iglesia local y universal se inició en el día de Pentecostés y representa el propósito especial de Dios durante la presente edad. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, con Él como su cabeza, es su representación física en el mundo. (1 Corintios 12:13; Efesios 1:22-23; Hechos 1-5; 2:41; 11:15-16; Mateo 28:19-20; 1 Corintios 11:23-25).